El día 1 de agosto a las 12 horas se celebrará en la iglesia de Acumuer la Misa de rito Hispano-Mozárabe.
Este año la celebración correrá a cargo de Don Ramón Clavería, párroco de Hostal de Ipies y especialista en este rito. Contaremos además con la actuación del Orfeón Serrablés.
A la conclusión de la misma se repartirá la consabida “caridad”: torta y vino rancio. Os esperamos a todos.
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El rito Hispano-mozárabe es la manera propia de celebrar las acciones litúrgicas en la Iglesia Española en los primeros diez siglos de su historia. Se usó primero por los cristianos hispano-romanos, se siguió usando bajo la dominación de los visigodos, época en que los grandes Padres de la Iglesia visigoda lo enriquecieron considerablemente, y también por los cristianos que permanecieron bajo la dominación musulmana en las diversas regiones de la España dominada y los que se mantuvieron en las regiones no ocupadas.
Cuando el afán centralista del papa Gregorio VII decidió extender el rito romano a toda la cristiandad europea, los reyes de Aragón y después los de Castilla, no sin resistencias, acabaron por aceptar el rito romano, desapareciendo entonces el rito español en los reinos cristianos de la península. Se mantuvo, sin embargo en los territorios ocupados y fue entonces cuando comenzó a llamarse “mozárabe”, como se llamaba a los propios cristianos sometidos al Islam. El centro fue Toledo, ya que en al-Andalus eran ya pocos los cristianos residentes, a causa de las constantes emigraciones y también de las apostasías producidas por la continuada presión de los dominadores.
El rito mozárabe se mantendría vigente en seis parroquias de la ciudad de Toledo a las que se asignaron los cristianos que vivían en la ciudad antes de la reconquista, fuera de distribución territorial, introduciéndose el rito romano en la Catedral y en las parroquias territoriales creadas para los nuevos pobladores, castellanos y francos.
Así perduró el rito hispano-mozárabe en esas seis parroquias. Y así se han conservado también unas familias, que agrupadas por esa singularidad de su condición, arropadas por los privilegios que les fueron concediendo los reyes castellanos, y a causa de su pertenencia personal, que no territorial, a unas determinadas parroquias, han mantenido viva su mozarabía, atestiguada por los libros sacramentales y los de matrículas y tazmías, mientras en otras partes de España, los descendientes de los antiguos mozárabes han perdido la memoria de su origen.